Los conos o piñas femeninas de los cedros crecen erectas sobre las ramas, y se van descomponiendo escama a escama para liberar sus semillas, hasta dejar solamente el raquis sobre la que se asentaban. Es posible que alguna vez te hayas encontrado bajo un cedro con la parte superior de estas piñas: rosas de madera que impulsaron nuestra imaginación desde el principio. Así se forjó la Leyenda de Kantos: una historia entrañable de admiración del cedro por el niño Kantos; un referente en la sección literaria de Kantos Naconi.

El Cedrus libani, cedro del Líbano o cedro de Salomón, es una especie arbórea de la familia de las Pináceas, originaria de las montañas de esta región —la cuenca mediterránea oriental—. Un árbol venerado desde la antigüedad; apreciado por culturas egipcias, griegas y romanas. Son longevos, fuertes y muy resistentes al frío y al calor; el lugar predilecto de las cigüeñas para construir su nido y otras tantas especies de aves. De porte elegante y silueta piramidal nos recuerdan los brazos de Dios que dan cobijo a numerosas especies de animales.